La comunidad musulmana, reunida en Murcia para celebrar la Fiesta del Cordero. | Foto de archivo: ISLAM MURCIAMientras aún resuenan en la Región de Murcia los ecos de los disturbios xenófobos de Torre Pacheco, otro municipio vuelve a colocar el foco en la convivencia. En Jumilla, el gobierno municipal formado por Partido Popular y Vox ha aprobado una modificación del reglamento de uso de instalaciones deportivas que impide a partir de ahora la celebración en esos espacios de actos religiosos, culturales o sociales ajenos al Ayuntamiento.
La medida, aunque presentada como una norma “para preservar el uso deportivo de las instalaciones”, afecta de lleno a la comunidad musulmana, que durante años ha organizado en polideportivos como el Carlos García el rezo colectivo del Aid el-Fitr (fin del Ramadán) y del Aid el-Adha (Fiesta del Cordero). Ambas celebraciones quedarían excluidas desde ahora, lo que ha generado una fuerte reacción social y política.
Jumilla tiene algo más de 25.000 habitantes, de los cuales unos 3.000 son musulmanes, según estimaciones de colectivos locales. “No se menciona a los musulmanes, pero se les señala”, denuncian desde asociaciones de derechos humanos y partidos de la oposición. La norma fue aprobada con los votos del PP y el voto de calidad de la alcaldesa Seve González, además de la abstención del concejal de Vox. PSOE e IU-Podemos votaron en contra, y han advertido del riesgo de repetir en Jumilla el clima de exclusión que desembocó en tensión social en Torre Pacheco.
El precedente es reciente y preocupante. En julio, una agresión a un anciano en Torre Pacheco desencadenó disturbios con tintes xenófobos en los que se persiguió y agredió a vecinos de origen marroquí. El barrio de San Antonio fue el epicentro de una crisis que dejó imágenes de tensión, despliegue policial y un debate abierto sobre los límites del discurso del odio.
Ahora, desde Jumilla, algunos temen que se esté institucionalizando una forma más sutil, pero igual de efectiva, de exclusión: la administrativa. “Hoy prohíben rezar. Mañana, ¿qué más?”, se preguntan desde asociaciones musulmanas.
El contexto hace crecer la preocupación. En apenas unos días arrancan las fiestas patronales de Jumilla, una de las celebraciones más importantes del municipio. Desde diversos sectores sociales se teme que este nuevo clima de tensión pueda desembocar en provocaciones o incluso incidentes, por lo que algunos colectivos han pedido que se extremen las precauciones y se trabaje por la convivencia.
Aunque la normativa no menciona expresamente la religión, el momento político y la coincidencia con los conflictos recientes la convierten en un gesto cargado de simbología. Una región diversa como Murcia necesita puentes, no muros, recuerdan desde los colectivos sociales.




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