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La compraventa de diamantes: tradición, inversión y ética en el siglo XXI

MurciaEconomía Lunes, 08 de Septiembre de 2025 Tiempo de lectura:

Cuando se habla de diamantes, se habla de historia, lujo y fascinación. Estas piedras preciosas, forjadas en el corazón de nuestro planeta hace millones de años, han sido símbolos en cada cultura de poder, amor y eternidad. Su escasez y resplandor les han convertido en uno de los activos más reverenciados y en una opción de inversión alternativa. Sin embargo, más allá del simbolismo, la compraventa de diamantes requiere un aprendizaje: implica saber cómo funciona el mercado, qué factores determinan el precio y qué garantías se deben exigir en cada operación.

 

En este escenario, Caratt Group es la empresa de referencia en España, optando por un modelo de compraventa que cultiva la transparencia y la confianza. Para quien necesite vender una joya heredada o comprar un diamante certificado, contar con expertos especializados resulta fundamental.

Lo que ofrecen en esta compañía va mucho más allá de una simple tasación: explican cómo llegan a la valoración y qué elementos hacen que un diamante sea único.

 

Por qué un diamante tiene tanto valor

 

Cuando hablando de comprar y vender piedras preciosas, la pregunta más sencilla es ¿por qué un diamante vale tanto? La respuesta la dan las famosas “4C”: carat (peso en quilates), cut (talla), color y clarity (pureza). Cada uno de estos parámetros influye en el precio final de la pieza.

 

La talla condiciona cómo la luz se refleja y genera el característico brillo del diamante. Un diamante en bruto puede ser enorme, pero sin un buen corte puede ser opaco y sin vida. El color se mide de forma que 0 es incoloro y las letras que siguen indican un leve tono amarillento. Cuanto más incoloro, más valioso. La pureza se refiere a la cantidad y tipo de defectos que se ven bajo lupa. A menos inclusiones internas, mayor será su valor. El quilataje, la medida de peso, también tiene un impacto grande: a medida que el tamaño aumenta, la rareza sube y el importe, también.

 

Sin embargo, hoy no solo importan los datos técnicos; la procedencia cuenta más que nunca. El Proceso de Kimberley, establecido a inicios de este siglo,  busca garantizar que los diamantes lleguen de áreas que no están en conflicto ni asociadas a abusos de derechos humanos. Poco a poco, la ética se vuelve un criterio de compra imprescindible, y los consumidores prefieren asegurarse de que su regalo no esté ligado a actividades ilegales.

 

Comprar diamantes: más que una joya

 

Adquirir un diamante tiene razones muy diferentes. Para unos, es una forma de hacer una inversión de la volatilidad de la bolsa. Para otros, es un gesto cargado de simbolismo para un compromiso, una promesa o un aniversario. En las dos situaciones, lo más inteligente es informarse y elegir bien dónde comprar diamantes.

 

Un diamante solo se considera seguro si tiene un certificado gemológico emitido por organismos reconocidos. Este documento analiza cada rasgo de la gema y es la protección más fiable que se puede exigir. Comprar sin este papel abre la puerta a pagar más de la cuenta o a quedarnos con una piedra que no es lo que parece.

 

Además, hay que recordar que el valor de un diamante no se mide solo en quilates. A veces, una piedra más pequeña que destaca en pureza y color supera en precio a otra más grande pero llena de imperfecciones. Si solo miramos el peso, arriesgamos perder mucho dinero.

 

Vender diamantes: confianza y transparencia

 

Las compras no son lo único que mueve el mercado. Muchas personas heredan anillos que no llevarán, enfrentan un apuro económico o simplemente quieren convertir un bien guardado en liquidez. En esas situaciones, una tasación sincera es fundamental.

 

Para vender un diamante hay que hacerlo en un lugar seguro, rodeado de expertos que expliquen el proceso en cada etapa. No basta con obtener un precio, hay que entender cómo se calcula ese valor y cuáles son las condiciones de pago. Caratt Group destaca por ofrecer esa claridad, permitiendo que el cliente elija tranquilo y sin urgencias.

 

La claridad en el valor, la ausencia de intermediarios innecesarios y la rapidez en el pago son factores muy valorados por quienes venden. También lo es el trato personal: cada diamante cuenta una historia y no todas las ventas responden a motivaciones estrictamente económicas.

 

Ética y sostenibilidad en la compra de diamantes

 

Hoy en día, la ética está en el centro de la compra de diamantes. La gente quiere saber de dónde vienen las piedras y prefiere opciones más sostenibles. Aquí es donde los diamantes creados en laboratorio destacan. Son químicamente iguales a los naturales, pero se producen en entornos más controlados y, sobre todo, menos dañinos para el planeta. Estos diamantes no son de “segunda clase” y tienen sellos de calidad internacional que los avalan. Además, los más jóvenes los eligen porque ven el lujo de manera diferente, como algo que debe ser responsable y transparente.

 

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