Carlos Alcaraz, que buscaba reivindicarse tras cierta irregularidad en los últimos torneos, ofreció un tenis de potencia, agresividad y determinación, especialmente a partir del segundo set, donde desarboló por completo al australiano.

El primer parcial fue una batalla de ritmo e intensidad. De Miñaur, uno de los jugadores más veloces del circuito, logró contener los ataques iniciales de Alcaraz con gran solidez desde el fondo. Ambos defendieron su servicio sin fisuras, obligando a resolver el set en el desempate. Allí emergió la mejor versión del murciano con un par de derechas cruzadas imposibles y un revés paralelo milimétrico le permitieron adelantarse 7-6(5).

A partir de entonces, el encuentro cambió de guión. Con el marcador a favor, Alcaraz liberó el brazo y empezó a dominar cada intercambio. Un temprano break en el segundo set desarmó a De Miñaur, que no volvió a encontrar respuestas ante la potencia y el control del español. Los restos profundos y la agresividad del murciano marcaron la pauta, y el 6-2 final reflejó su superioridad en el tramo decisivo.

Más allá del resultado, el partido dejó la sensación de que Carlitos vuelve a sentirse cómodo en la pista rápida cubierta, una superficie donde los resultados de las últimas semanas habían generado dudas. Su despliegue físico, la claridad en los golpes y la confianza con el saque invitan al optimismo de cara al resto del torneo, con el objetivo claro de recuperar el número 1 del mundo.