El Real Murcia ha registrado su mejor arranque de temporada como local en Primera Federación: 1-0 al Torremolinos, 3-2 al Nástic, 1-1 con el Villareal B. idéntico resultado al obtenido contra el filial del Sevilla. En definitiva, son ocho puntos de los quince disputados hasta el momento en el Enrique Roca. El dato es llamativo por sí mismo, pero también lo es la forma en que se ha alcanzado. 

El Real Murcia no solo ha sumado puntos, sino que ha mostrado una evolución clara en su juego. En la segunda jornada Flakus daría la victoria al cuadro local por medio de un lanzamiento de penalti. Después empató ante el Sevilla Atlético y el Villareal B con los goles en los últimos compases del encuentro. A estos resultados, hay que sumarle la reciente victoria ante el Nástic. La sensación es que el equipo va de menos a más, con un equilibrio cada vez más evidente entre solidez defensiva y pegada ofensiva. En los dos últimos partidos, ante el conjunto catalán y Betis Deportivo, ofreció una versión dominante que dispara el optimismo entre la afición. 

Con este bagaje, la estadística tiñe de optimismo al murcianismo, pero la prudencia manda. La Primera Federación es una competición larga, imprevisible y plagada de trampas. Colunga lo sabe y ya lo advirtió en la previa del partido ante el Násticas: "Aquí se repara mucho en las estadísticas, pero eso ya no vuelve", cometó. 

Lo importante, más allá de los datos históricos, será mantener la regularidad y la intensidad en una liga que no concede respiro. El Murcia de Colunga ya se ha ganado un hueco en el corazón de la afición pimentonera. Ahora falta escribir el desenlace.